26/9/09
Echale la culpa a la botella
Otto está limpio.
Cuando está limpio, puede volver a entrar a casa.
Cuando entra a casa, es feliz.
Es feliz, pero aún permanece inquieto.
Y como está inquieto, le abrimos la puerta suponiendo que quiere salir.
Quiere salir y sale.
Sale a buscar su botella.
Con su botella en la boca vuelve a entrar.
Ya adentro, pero con botella in boca, ahora sí que es un perro feliz.
Juega con una botella desde que tiene memoria. Memoria de perro, pero memoria al fin.
Todos tenemos nuestra botella.
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Que lindura.... besos
ResponderEliminarSi, Otto es una lindura.
ResponderEliminar:-)
Ahora, Otto es más feliz porque recobró su costumbre de dormir en un sofá.
ResponderEliminarY de estirarse cuán largo es y apoyar la cabeza de perrote que tiene sobre la almohada y dormir como un santo.
O el cachorro que no deja de ser pese al tamaño.
Es que hay gente que no madura, vió?
ResponderEliminarBue, hay perros que tampoco. Pese a los años de vida y los kilos de cuerpo, siguen siendo unos tiernos cachorritos.
Yo no sé de que material será la botella de su Otto, pero la botella de mi amada Juana es de plástico(las de agua mineral) ud. no sabe el ruido que hace en el patio, se la ve feliz,no lo voy a negar, pero cuando entra a la casa con su botellita y ese ruidito vuelve a repetirse... ah Herodes ven ( ah no eso era para los chicos, no importa a lo mejor funciona para nuestros bichillos) y qué hago?: -lo mas terrible- se la saco. Ahora bien no estoy muy segura si es porque ella tiene su botella y yo no, o porque me molesta tanta felicidad.
ResponderEliminarHabría que analizarlo. Aunque creo que basicamente estás diciendo lo mismo.
ResponderEliminarSu botella=felicidad.
me dejas pensando.
ResponderEliminarmuchas veces pienso lo msimo, pero ahora Otto me apremia a encontrar una respuesta a la pregunta que me hago a veces (y no puedo responder)
donde fueron a parar tantas botellas mias?