15/1/10

Echale la culpa a Tanguito y su lista interminable de cosas más importantes que la seguridad

Si yo pudiera, alguna vez, una sola más no sea, conservar lo que pensé la noche anterior en la nueva mañana, o llegar de la mañana a la noche pisando el mismo suelo, seguramente, no sería yo.

Sin ir más lejos, lo dicho lo escribí cuando me levanté.


Ahora no estoy tan segura.


Y cuando estaba por perder la cabeza
de tanto desnudar a la Verdad,
erguido en dos patas me miraba:
el hueso de albaricoque de una certeza.
La han pedido clara y distinta,
a gritos, murmurando, encarnada.
- ¡Tanta tinta derramada!
Y siguió su camino la certeza.

(Mochuelo dixit)

14/1/10

Echale la culpa al ocio



 

Materiales que necesitará para confeccionar estos simpatiquísimos almohadones.

- Tiempo.  Mucho.  Tiempo al pedo, básicamente.  La realidad es que se hacen muy rápido.
- Que su pareja, novio, marido, amante o uno de sus polinovios cuente con una quincena de Vacaciones mientras que usté tiene la dicha de contar con un mes completo.
- Tener algún tipo de obsesión con los colores.  Eso facilita mucho a la hora de combinar prendas.
- Un pasado un poco jipón en su guardarropa.  Sólo es necesario si desea utilizar la misma tela.  Puede usar cualquier tipo de pantalones, che.
- Pertenecer a un círculo de compradores compulsivos re-contra consumistas que le llenen la casa de bolsas que usté ya no sabe dónde mierda poner.
- Una buena tijera, o como es mi caso, la única tijerita que encontré.
- Una mesa donde poner todas las cosas que va a usar.
- Una silla para laburar, no haga como yo que me quedé parada todo el tiempo al pedo.

Muy bien.
Ahora sí, el paso a paso.

Agarre algunas polleras que ya no usa desde hace años pero le da cosa regalar.  Meta adentro de las polleras los almohadones grandes.  Como afortunadamente no estoy tan gorda, no tengo una pollera tan grande como para cubrir el almohadón del sillón de dos cuerpos.  ¡No os preocupéis!  Manotee una de las dos cortinas del comedor y envuelva el almohadonote.  Listo.

El turno de los pantalones ecuatorianos.  Sí, a veces uno crece.
Corte la cintura, bue, sí, el elástico ese de mierda que ni ajusta.  Separe las dos piernas.  Hágale un moño con el cintito que ajustaba en algún momento el elástico.  Meta haciendo bollos todas esas bolsas que no sabía dónde poner.  Cierre el caramelo con el otro cacho de cinta.  Y voilá.

 

Echale la culpa a China

De la misma manera que don Jesús eligió a Judas como Apóstol, aún  sabiendo que lo traicionaría, doña Cristina eligió como vicepresidente de su Gobierno a don Cobos.

Me recuerda muchísimo ese chiste tan tonto de "Seré yo, Señor?"

"Institucionalmente sería la confirmación absoluta de los intentos desestabilizadores del vicepresidente", dice don Rossi.

Y cuando veo estas encuestas, laméntolas profundamente.

 ¿Cree que Cobos debe convocar a sesiones extraordinarias durante la ausencia de la Presidenta?



76.31%
No
21.91%
No sabe
1.78%
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11/1/10

Echale la culpa a la ausencia

Mi barrio, mi casa, mi perro, mi ducha, mi pava, mi mate.  Mi amor.

Llegar a Casa.