26/10/10

Echale la culpa a las noticias

Entre la muerte del pulpo Paul, la porno que protagonizó anoche la Escudero y los comercios cerrados por el Censo, mi corazón ya no gana para sustos.

No creo poder resistir por mucho tiempo más este mundo cruel.

—Perdono a mis ofensores ahora que me dispongo a atravesar la puerta oscura...

22/10/10

Echale la culpa al diálogo

Uno cede para que no se rompa.

Pero si uno tiene que ceder, ¿no va a terminar rompiéndose tarde o temprano?  Si tengo que ceder para que no se rompa, ¿vale la pena el esfuerzo?  ¿No debería mantenerse la cosa sin rompimientos sin tener que llegar a ceder o no ceder esa es la cuestión?.

Hay determinadas cosas que si las tenés que explicar, en realidad no las tenés que explicar.
Hay otras cosas que si  por ellas tenés que ceder, en realidad no tenés que ceder.

Uno cede porque no quiere que se rompa.

Echale la culpa a Freud

Imagino un momento de la Historia donde un tipo cualquiera se decida a iniciar una terapia siendo completamente feliz.
Algo como que llegue al consultorio y le diga al analista:
- ¿Qué tal, señor?  Me llamo Roberto.  Tengo 41 años y soy plenamente feliz.  Estoy casado desde hace 15 años con una mujer magnífica, tengo dos hijos preciosos, un trabajo que me gratifica plenamente, padres sanos y comprensivos, dos hermanos copados, amigos de fierro, un perro más fiel que Lassie.  Voy a venir a verlo una vez por semana y le voy a pagar unos cuantos morlacos para que usté me escuche todas las cosas buenas que van a salir de mi boca para poder compartir toda esa felicidad que tengo y que no puedo exteriorizar demasiado, porque usté sabe, señor, la felicidad no tiene buena prensa, te miran con mala cara si decís que estás bárbaro, que la vida te sonríe, que no tenés quejas.  Te miran y se preguntan de qué te la das.  Te tildan de agrandado.  O aún peor, de mentiroso.  Nadie puede tener una vida tan pero tan buena, che.  En algo de todo lo que dice, miente.

La psicología se alimenta de la infelicidad. Y la alimenta.

¿Eran más felices los medievales? ¿Y los antiguos?  ¿Lo serán los post-modernos?

24/9/10

Echale la culpa al tanque

Ahora entiendo, o mejor dicho, experimento eso de "no le llega el agua al tanque".
No me está llegando el agua al tanque.
O llega poca, vaya uno a saber. 
O llega normalmente pero el tanque no tiene la misma energía que antes y entonces no sabe que hacer con tanta agua.

Algo pasa con la sangre.  No tengo bien claro qué.  Pero algo pasa. 
Imagino que no me llega tanta sangre al cerebro, entonces tengo menos oxígeno, entonces no tengo la claridad mental que siempre me caracterizó. Ja.

Y el sueño, claro. 
Con sueño uno tiene menos cabeza aún.
Me olvido de todo. 
Estoy lenta.  Limitada.

Nunca mejor entendido , o mejor dicho, experimentado eso de "los estúpidos son gente más feliz".

Estoy más estúpida que nunca.
Pero feliz.

6/8/10

Echale la culpa a Isidro

Miles de bebitos mueren a diario en nuestro país. Por hambre, frío, abandono, falta de cobertura médica, y ya que estamos hablando de muertes, abortos.
Dicen que no hay seguridad, que no hay justicia, que a los que mataron a Isidro hay que matarlos.  Dicen que los derechos humanos son sólo para los delincuentes. Dicen que ya no se puede vivir así.  Que no hay derecho.

La solución a la muerte de Isidro no es la muerte, ni de sus asesinos, ni de nadie.  La solución es la Vida.  La Vida Vivible, es decir, la Vida digna de ser vivida. 
Por todos.
Me miran con espanto y me increpan con "¿Acaso no lamentás la muerte de ese bebito?"
Claro, la lamento profundamente, como la de miles de bebitos que mueren a diario en nuestro país. Por hambre, frío, abandono, falta de cobertura médica, y ya que estamos hablando de muertes, abortos.

28/7/10

El día que Susana estuvo en lo cierto (porque tampoco vamos a andar diciendo que Susana tiene Razón)

La primera en descubrirlo fue una de las pocas viejas chupacirios que quedan vivas. ¿Quién sino va a andar madrugando? En un pueblo de clase medioalta mediomedio mediotibia medioboba, nadie que se precie de ser todas esas mediades, tiene necesidad de trabajar.  O si lo hacen, no tienen necesidad de madrugar.  Vacaciones escolares, negocio redondo para ni siquiera tengan que levantarse al alba para depositar a las ladillas en los criaderos de animales en cautiverio que todavía siguen llamando Colegios.
Sólo viejas madrugonas a la vista.
Cuando Teresa, al tiempo que se persignaba para entrar a San Gabriel a misa de siete, levantó la cabeza y dirigió sus ojos al Almirante que custodiaba la plaza, lo vió.
Estaba ahí, quieto, al ladito del Almirante, echado como perro al sol.
Un dinosaurio.
Vivo.

26/7/10

Echale la culpa a las Vacaciones II (aunque me olvidé de subir por acá la I)

Yo sé que mi casa le hace honor a mi apellido, pero convengamos damas y caballeros, que hay cosas que son de muy difícil guardamiento.  Algunos ejemplos, pa que vean.

 - El árbol de Navidad.  Muy bonito, claro, el arbolito.  Un coso enorme que sólo se luce un mes al año, o en mi caso, dos o tres.  ¿A dónde se guarda después que se desarma?

- La bufanda con los colores de Argentina que mi madre en un rapto de argentinidad futbolera me regaló en el mundial próximo pasado.  ¿La tengo que guardar cuatro años hasta el próximo Mundial?  ¿O la tengo que dejar a mano para que no pase lo que invariablemente pasará, o sea, desaparecer en el triángulo de las polleras?

- Los souvenirs que te dan cuando nace un pibito, o bautizan al pibito, o cumple su primer añito el mismo pibito.  ¿Hay que hacer un altar en el medio del living? ¿O en el baño? Posta, pero posta ¿alguien los guarda?

Acomodé el placard, ahí está la clave de tales cuestionamientos.

El orden exterior es reflejo del orden interior.

8/7/10

Esperanzadamente hablando

Me gusta asustar a la gente en la calle.
Ir caminando despacio, sin hacer ruidos, y cuando ya estoy bien cerca, a punto de pasar a mi víctima, meter algún ruido con las botas como para que se caguen en las patas y se den vuelta como locos pensando que los voy a matar, robar o violar.
Que se jodan, por desconfiados. 
¿Hace falta pensar que si alguien te pasa cerca, un prójimo que le dicen, sólo será para matarte?  ¿Soy la única que anda por la vida pensando que si alguien va caminando por la calle quizás sea porque se dirige a algún lado, al igual que yo, y que no se trata de un asesino serial que quiere matar personas blancas, de mediana edad o con pecas?

Hay muchos billetes nuevos.  Y cuando digo muchos, digo muchos.
Para bien o mal, tengo una íntima relación con el vil metal, que de metal casi nada, puros papelitos.
O sea, me la paso tocando plata.
Es la primera vez en mi Vida que pasan por mis manos tantos billetes recién salidos del horno, como bien dicen.
El problema no es que salgan del horno, sino que nos lleven al horno.
La maquinita está a full. Eso me perturba un poco.
¿Están emitiendo a cuarenta manos o los ciudadanos de Adrogué somos elegidos para que llenen nuestros cajeros de billetes bonitos con casi nada de gérmenes?.  Es raro, che.
Si alguno lo notó, le pediría que me lo notifique así me quedo más ¿tranquila?.

Hace un rato estuve con la nena que me regaló las figuritas de Sara Kay.
Traté de explicarle lo que me generó su regalo.
Y me entendió mejor que yo.
Lo cual me llena, aún más, si cabe, de esperanzas.

Cabe.

Y hay sol.

28/6/10

Echale la culpa a la pelota III

Que nadie se atreva a hablarme de Alemania.
Basta.
Estoy harta.
Ni una palabra, me oíste? Ni una.  Y que sea la última vez.

Claro, mientras le tenemos que jugar a Grecia, a los coreanos e incluso a los chaparritos, todo bien, vamos argentina carajo, grande Diego, vamos Tevez, dale Pipa, somos campeones, le ganamos la final a Brasil, traemos la Copa a casa y tantas cosas más.
Desde ayer que no paro de escuchar cosas como  "y bueno, hasta acá llegamos, es un partido demasiado difícil, ¿vos viste el partido que le hicieron a Inglaterra? ¿vos viste la goleada a Australia? ¿vos viste los delanteros que tienen? ¿la velocidad? ¿vos viste cómo triangulan? ¿vos viste?. Disfrutemos este triunfo que es el último, no pensemos en el sábado, disfrutemos hasta el jueves por lo menos y después nos empezamos a preocupar".
Dicen que el tanque alemán es imbatible.

Hombres y mujeres de poca fe.
Yo con-fío.
Y confío en poder ganarles a los alemanas, no con una extrema tranquilidad, pero ganándoles al fin.  Que es lo que cuenta.
Yo le quería ganar a Serbia.

Alemanes, tiemblen.
Quiero ganarles.
Y no me importa la forma.
Entiendanlonnnnn.
Adelantados, con la mano, con falta, con tal que la metan en el arco contrario, como venga.

25/6/10

Echale la culpa a Sara Kay

A veces siento melancolía de sentir melancolía.
Y para no entrar en debates con viejos conocidos, también podría decir, sentir nostalgia de sentir nostalgia.

Nostalgia y melancolía.
Que de parecidos no tienen nada, pero he madurado, che. Igualemos los términos si quieren.
Cuando uno está bien, bueno, bien bien me van a decir que nadie.  Que siempre hay algo que se mete a enturbiar nuestra felicidad, que la felicidad nunca es completa y bla bla bla.
Cuando uno está más o menos bien, siente cierta nostalgia de cuando estaba más o menos mal.  Nostalgia de ese sentir.
Por lo mismo que cuando se anda para el orto, se anda precisamente para el orto, porque en algún momento se anduvo joya y la nostalgia viene precisamente de ese sentir.

Ayer me enteré que existen figuritas de Sara Kay.  Grande fue la alegría y sorpresa que mostré.
Hoy a la mañana, una nena del Colegio que fue testigo de mi alegría, me trajo de regalo un paquete de figuritas.
La alegría fue aún mayor.
Joya. 

Un rato más tarde, experimenté una desagradable, pero acostumbrada, discusión con una ¿persona? que lamentablemente tengo demasiado cerca por demasiado tiempo.
Para el Orto.

Figuritas de Sara Kay.  Figuritas de Sara Kay.  Figuritas de Sara Kay. Nena regalándome Figuritas de Sara Kay.

Sí.
Conservo esperanzas de poder hacer de mi mundo un lugar más Bello.
Todo por las Figuritas de Sara Kay.
Y lo que me representaron  en mi lejana pero cercana infancia, y lo que me significó el gesto de hoy a la mañana.

22/6/10

Echale la culpa a la pelota II

Bueno.  Deseo concedido. No empataron aquellos maricones, pero la idea en general fue cumplida.  Nosotros primeros con México, los coreanos con Uruguay.

Ahora quiero ganarle a México.
¿Hace falta repetir y repetir hasta al cansancio algo que a ciertos especímenes de mi entorno les aburre?
Sí, hace falta.
Quiero ganarle a México gritando goles de Palermo.
Es algo que no me cansa nunca.
Y eso que ya debería andar acostumbrada.

Todavía lo ando meditando un poco.  Quizás no debería apresurarme.  Pero después de México, le quiero ganar a Serbia.
No sé bien porqué.

18/6/10

Echale la culpa a la pelota

Ya que Uruguay y México tienen 4, la verdad es que podrían firmar ya mismo un empate, quedan los dos con 5 y pasan.  Bye bye Francia, I`m Sorry por Sudáfrica, y ya que estamos, todos los locales podrían ser un poco Argentinos y dejarse de tocar la cornetita que el pobre Demichelis no pudo escuchar los gritos de Jonas.  No sólo los deja sordos, también los deja ciegos y no pueden ver al coreano de al lado.
Además quiero que le ganen a Grecia para clasificar primeros y jugar con México.  Con Uruguay no.  Bastante tenemos con las pasteras.  Como le vamos a ganar a Grecia, y los coreanos le van a ganar a Nigeria, pasamos nosotros primero y los Coreanos en segundo lugar.

Eso por ahora.
Luego seguiré pidiendo cosas para lograr que Dios le vuelva a ver la cara a Dios.

4/5/10

Echale la culpa a House

Hace unos días ví un capítulo de House en el que un pobre hombre tenía algo que en la serie explicaban con la correcta y específica manera que utiliza la medicina y que ahora no viene al caso y por esa cosita que tenía en la cabechuli, había perdido la capacidad de inhibir lo que pensaba.
Lo vomitaba directamente, sin masticar ni reflujar.
Decía todo lo que pensaba.  A su mujer, a su hija, a sus clientes, a sus compañeros de trabajo, a su jefe, a los médicos que lo estaban atendiendo.  Al cosmos.

¿Qué pasaría si el mundo un día se levantara con esa cosa afectando la cabeza de todos los que lo habitan?
Good bye a infinitos matrimonios, empleos y amistades.  Separaciones de hermanos, primos, tíos.  Discusiones entre vecinos, compañeros de tenis y de pilates.

Ergo.
La Verdad separa, la mentira mantiene unido.

Eso.
Sigamos así.  Simulemos que nos une el amor y no el espanto y que por eso nos queremos tanto.

A mentir que se acaba el mundo.
Olé.

22/4/10

Echale la culpa a la modernidad

Llegue a su casa reventada de un arduo día de trabajo.  No mire el tender que está en el comedor desde el sábado.  No mire las telas de arañas de abajo de los sillones. Salude a su perro. Sáquese la ropa de laburo y póngase ropa de civil: el pijama.  Caliéntese un café. Préndase un pucho. Pero por sobre todas las cosas, recuerde que prometió hacer unas empanadas.

Mientras putea a la primer pelotuda que un día se levantó inspirada y dijo "Yo también quiero laburar, yo también quiero experimentar eso de el trabajo es dignidad, yo también quiero levantarme a las 7 de la mañana y volver a casa a las 7 de la tarde" .  Dijo esas y otras tantas boludeces más, sólo que olvidó el pequeñísimo detalle de pensar que además de encontrar la libertad económica, seguiría esclavizada a "las cosas de la casa".

Si, el párrafo anterior comenzó con un mientras. 
Mientras putea, saque las tapas de empanada de la heladera. 
Ya que está ahí parada, agarre un paquete de salchichas, queso blanco, mostaza, salsa barbacoa, huevos y queso rayado.
Camino a la cocina, ¿pero cómo? ¿si estaba parada frente a la heladera?  ¿a dónde tiene usté la heladera?
En el comedor.  En la cocina tengo otra heladera, des-en-chu-fa-da, que sirve de alacena y todas las personas que ingresan al domicilio intentan cerrar y cuando les explico que es una alacena entonan algo parecido a "Sólo a vos se te ocurre..." ¿Tan raro es usar una heladera de alacena?  ¿A quién le hago daño?  ¿Estoy violando el tratado de algún río en litigio?
¿Maté a un anciano?
Camino a la cocina, agarre dos latas de choclo.
Recoja todo lo que se le fue cayendo camino a la cocina.

Abra las latas de choclo, métalas en una ensaladera, agréguele sal, nuez moscada, pimentón, salsa barbacoa, queso blanco, un huevo y queso rayado.  Mezcle todo con una cuchara. Déjelo ahí un toque.

Corte las salchichas en pedacitos así, como el tamaño del dedo gordo, bueno, de mi dedo gordo. Vaya metiéndolas en otra ensaladera.  Tírele bastante mostaza.  O demasiado,  sólo porque quería terminar el envase.  Métale queso blanco.  Agarre la cuchara que había usado antes, no la lave, simplemente límpiela un poco con un susex y mezcle.

Arme canastitas con las tapas de empanadas.  Vaya llenándolas con esas cosas extrañas que están reposando en la mesa.

Visto y considerando que no tiene la más puta idea de cómo calcular rellenos con tapas de empanadas y le sobraron un montón de tapas, vuelva a la heladera y agarre manteca.  Úntele un poco de manteca a cada tapa y póngale un poco de queso rayado.  Chedar de la Serenísima.  No entiendo que hacía antes del queso en hebras de la Serenísima.  Haga rollitos.

Vaya metiendo las cosas en el horno.  Reciba a su marido con una cerveza bien helada y los bastoncitos de queso calentitos.  Termine de tomarse la birra en el comedor mientras escribe ésto y escuche a su marido mientras le relata las ofertas de minicuotas Ribeiro.

Salú.

24/3/10

Echale la culpa a la memoria

El Museo de la Memoria que ansío no es el que uno puede visitar hoy en la ESMA.
El Museo de la Memoria que ansío no se remite a sacar cuadritos de la pared.

Quiero jaulas.  Con gente.  Adentro.
Quiero jaulas con los culpables.
Quiero ver a todos los culpables adentro de esas jaulas.

Quiero un Museo de la Memoria Viva.
Y mientras vivan los culpables, los quiero ver en esas jaulas.

Eso sería un Verdadero Museo de la Memoria.

Y ahí sí que iría.  A verlos.  En sus jaulas.  Y los miraría a los ojos.  E iría con mis hijos y les diría con calma.
- ¿Ves?  Eso que ves ahí es un hijo de re mil putas.

Quiero que todos los culpables nos tengan que mirar a la cara a todos los que nos quedó una cara.
Al menos por las caras que ya no están.
Les prestaría con gusto mi cara.  Y mis ojos.  Para que puedan verlos.  A ellos, que aún tienen cara.
Pero en jaulas los quiero.
Creo que ya lo dije.

12/2/10

Echale la culpa a San Valentin

A continuación pasaremos a detallar distintas maneras de solicitarle a una muchacha/o que sea su Valentín el próximo Domingo.
Apelar al clásico osito.  Como si los ositos fueran algo tierno, por todoslosdioses.
Usar poemas cursis.  Y exagerar con el rosa.  Y los besos.  Y los corazones.
Atraer explotando el costado más cachondo.  No haré mención a las coloradas.
Utilizar niños o perros para captar toda la atención de eso que llamamos sensibilidad.
Como verán,  las hay para todos los gustos e intereses.
He aquí mi hermosa y sentda postal.


San Valentin

4/2/10

Echale la culpa al nudo

Tengo un nudo.
Y no es gordiano.
Alejandro, querido, puedes guardar tu espada, que si de desenvainar se trata y cortar en consecuencia, he aquí una especialista.
No es un nudo en la garganta.
Hace tiempo que las ganas de llorar se han mudado a otras tierras donde puedan sentirse bienvenidas. O necesarias.
Tampoco es un nudo en el estómago.
El dragón está manso y silencioso.
Ni siquiera es un nudo corredizo.
Marineros, pescadores y verdugos, abstenerse.
No es un nudo que pueda mermar cambiando de acondicionador.
Mucho menos apelando a la buena voluntad de la desatanudos.
Tengo un nudo.
 
 

2/2/10

Echale la culpa a la diosa

Dicen por allí que la onda es entregarse a la corriente de la Vida.  Ella se encargará de llevarnos a ese lugar dónde necesitamos estar.

Yemanjá, Iemanja o la Virgen Stella Maris.
Hoy la homenajean cientos, miles, millones.

No creo que haga falta ser africano para alabarla.
Reina y protectora de los mares.  Agua que limpia, que mueve, que destruye. 

Agua fuera de control.

15/1/10

Echale la culpa a Tanguito y su lista interminable de cosas más importantes que la seguridad

Si yo pudiera, alguna vez, una sola más no sea, conservar lo que pensé la noche anterior en la nueva mañana, o llegar de la mañana a la noche pisando el mismo suelo, seguramente, no sería yo.

Sin ir más lejos, lo dicho lo escribí cuando me levanté.


Ahora no estoy tan segura.


Y cuando estaba por perder la cabeza
de tanto desnudar a la Verdad,
erguido en dos patas me miraba:
el hueso de albaricoque de una certeza.
La han pedido clara y distinta,
a gritos, murmurando, encarnada.
- ¡Tanta tinta derramada!
Y siguió su camino la certeza.

(Mochuelo dixit)

14/1/10

Echale la culpa al ocio



 

Materiales que necesitará para confeccionar estos simpatiquísimos almohadones.

- Tiempo.  Mucho.  Tiempo al pedo, básicamente.  La realidad es que se hacen muy rápido.
- Que su pareja, novio, marido, amante o uno de sus polinovios cuente con una quincena de Vacaciones mientras que usté tiene la dicha de contar con un mes completo.
- Tener algún tipo de obsesión con los colores.  Eso facilita mucho a la hora de combinar prendas.
- Un pasado un poco jipón en su guardarropa.  Sólo es necesario si desea utilizar la misma tela.  Puede usar cualquier tipo de pantalones, che.
- Pertenecer a un círculo de compradores compulsivos re-contra consumistas que le llenen la casa de bolsas que usté ya no sabe dónde mierda poner.
- Una buena tijera, o como es mi caso, la única tijerita que encontré.
- Una mesa donde poner todas las cosas que va a usar.
- Una silla para laburar, no haga como yo que me quedé parada todo el tiempo al pedo.

Muy bien.
Ahora sí, el paso a paso.

Agarre algunas polleras que ya no usa desde hace años pero le da cosa regalar.  Meta adentro de las polleras los almohadones grandes.  Como afortunadamente no estoy tan gorda, no tengo una pollera tan grande como para cubrir el almohadón del sillón de dos cuerpos.  ¡No os preocupéis!  Manotee una de las dos cortinas del comedor y envuelva el almohadonote.  Listo.

El turno de los pantalones ecuatorianos.  Sí, a veces uno crece.
Corte la cintura, bue, sí, el elástico ese de mierda que ni ajusta.  Separe las dos piernas.  Hágale un moño con el cintito que ajustaba en algún momento el elástico.  Meta haciendo bollos todas esas bolsas que no sabía dónde poner.  Cierre el caramelo con el otro cacho de cinta.  Y voilá.

 

Echale la culpa a China

De la misma manera que don Jesús eligió a Judas como Apóstol, aún  sabiendo que lo traicionaría, doña Cristina eligió como vicepresidente de su Gobierno a don Cobos.

Me recuerda muchísimo ese chiste tan tonto de "Seré yo, Señor?"

"Institucionalmente sería la confirmación absoluta de los intentos desestabilizadores del vicepresidente", dice don Rossi.

Y cuando veo estas encuestas, laméntolas profundamente.

 ¿Cree que Cobos debe convocar a sesiones extraordinarias durante la ausencia de la Presidenta?



76.31%
No
21.91%
No sabe
1.78%
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11/1/10

Echale la culpa a la ausencia

Mi barrio, mi casa, mi perro, mi ducha, mi pava, mi mate.  Mi amor.

Llegar a Casa.