22/10/10

Echale la culpa a Freud

Imagino un momento de la Historia donde un tipo cualquiera se decida a iniciar una terapia siendo completamente feliz.
Algo como que llegue al consultorio y le diga al analista:
- ¿Qué tal, señor?  Me llamo Roberto.  Tengo 41 años y soy plenamente feliz.  Estoy casado desde hace 15 años con una mujer magnífica, tengo dos hijos preciosos, un trabajo que me gratifica plenamente, padres sanos y comprensivos, dos hermanos copados, amigos de fierro, un perro más fiel que Lassie.  Voy a venir a verlo una vez por semana y le voy a pagar unos cuantos morlacos para que usté me escuche todas las cosas buenas que van a salir de mi boca para poder compartir toda esa felicidad que tengo y que no puedo exteriorizar demasiado, porque usté sabe, señor, la felicidad no tiene buena prensa, te miran con mala cara si decís que estás bárbaro, que la vida te sonríe, que no tenés quejas.  Te miran y se preguntan de qué te la das.  Te tildan de agrandado.  O aún peor, de mentiroso.  Nadie puede tener una vida tan pero tan buena, che.  En algo de todo lo que dice, miente.

La psicología se alimenta de la infelicidad. Y la alimenta.

¿Eran más felices los medievales? ¿Y los antiguos?  ¿Lo serán los post-modernos?

10 comentarios:

  1. Un tipo así está enfermo, no me va a decir...ja.
    Antes, quizás, eran igual de infelices pero se arreglaban con mayor economía de bolsillo.

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  2. No. Yo creo que no eran infelices. No había "consciencia" de infelicidad porque no había consciencia.

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  3. ¿Ud. dice que la felicidad y la infelicidad la inventó Freud?
    ¿Y la consciencia también?
    Mire que la van a acusar de herejía.

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  4. No señor. Ya existían desde tiempos inmemoriales.

    Como América.

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  5. El que no sabe es como el que no ve, decía Inodoro Pereyra.

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  6. Si yo fuera psicóloga y me apareciese un tipo así, primero me relajaría el alma, lo felicitaría y luego no lo dejaría ir sin darme al menos el principio de la receta mágica.

    Aún hoy, ahora mismo y con la tristeza que me embarga, puedo sin dudar, sentir que hay gente que puede estar muy feliz haciendo peso en el otro plato de la balanza y mostrando que se puede, simplemente para que los que no lo estamos sepamos que algún día volveremos a tener instantes de felicidad.

    Y sin dudar también, de corazón, me alegro mucho por ellos y los sostengo para que lo sigan siendo.

    Gente buena, que no jode a nadie y que es feliz, se lo merece.

    Un abrazo por 3.

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  7. Si. A todo.
    Si yo fuera su pricóloga, trataría de ayudarlo para conservar esa situación feliz, no?
    Lo dificil de las cosas a veces no es tanta conseguirlas sino conservarlas.

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  8. Ud. lo ha dicho.


    Besos triplicados. Todo está bien con su dulce espera?

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  9. Todo liso, como diría mi hermanillo.
    Con sueño, tremebundo sueño, pero nada más de todas esas cosas que suelen aquejar a las preñadas.

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  10. Mariam,
    completamente de acuerdo contigo, me gusto mucho lo que escribiste, sufro tanto hoy y envidio mas que tanto el volver a ser feliz, lo terrible de mi caso es que pude serlo y fui yo quien no lo permitio. Ojala tenga una nueva oportunidad en la vida de ser feliz, tengo todo para serlo.....

    me gusta tu blog.
    saludos,
    sophie.

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