Si todos los deseos que me han dirigido (de felicidad, felicidades, feliz navidad, feliz año nuevo y felices vacaciones), fueran todos, toditos, todísimos, genuinos, sería increíble el cúmulo de Bien que me han deseado los últimos días.
Si fueran genuinos, claro. La mayoría de esos buenos deseos se tiran al aire como si nada.
Ya saben.
Por eso creo en la Navidad.
Por esos pocos, o muchos, bien intencionados que desean el Bien.
¿Qué no hay que esperar a la Navidad para desearlo?
Pero claro, hombre. Pero justamente para esa época es que todo el mundo anda vomitando buenos augurios.
Ese es el milagro.
21/12/09
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Yo que soy el Grinch capáz que vuelva a gustarme Navidad.
ResponderEliminarUna pregunta
¿esa señorita con los brazos medio desnudos en la nieve no tiene frescor?
¿No ves que tiene guantes?
ResponderEliminarPero tiene el cogote al aire.
ResponderEliminarMientras no esté pensando en achurar un animalito para hacerce un tapado...
Ay, por todos los dioses. Grinch, milagro de Navidad.
ResponderEliminarNi niñas enfermas por tomar frío ni matanza de animales
¿le dije feliz navidá?
ResponderEliminarNo... se lo digo ahora genuinamente, con un decir y un desear genuino:
¡FELIZ NAVIDÁ!!!!!!
Renzi
No, no me lo dijo.
ResponderEliminarAntes, no.
Ahora, si.
Y se lo agradezco, genuinamente,y se lo deseo también. A usté y a su cálida señora esposa.
El poder de la palabra. Y más si es pronunciada.
Feliz Navidad!
Feliz Natividad, Mariam. Mucha luz para ustedes, buena gente.
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