4/5/10

Echale la culpa a House

Hace unos días ví un capítulo de House en el que un pobre hombre tenía algo que en la serie explicaban con la correcta y específica manera que utiliza la medicina y que ahora no viene al caso y por esa cosita que tenía en la cabechuli, había perdido la capacidad de inhibir lo que pensaba.
Lo vomitaba directamente, sin masticar ni reflujar.
Decía todo lo que pensaba.  A su mujer, a su hija, a sus clientes, a sus compañeros de trabajo, a su jefe, a los médicos que lo estaban atendiendo.  Al cosmos.

¿Qué pasaría si el mundo un día se levantara con esa cosa afectando la cabeza de todos los que lo habitan?
Good bye a infinitos matrimonios, empleos y amistades.  Separaciones de hermanos, primos, tíos.  Discusiones entre vecinos, compañeros de tenis y de pilates.

Ergo.
La Verdad separa, la mentira mantiene unido.

Eso.
Sigamos así.  Simulemos que nos une el amor y no el espanto y que por eso nos queremos tanto.

A mentir que se acaba el mundo.
Olé.